El siguiente artículo es una simplificación de las enseñanzas que hemos recibido recientemente de la Jerarquía.
En primer lugar es necesario definir algunos términos:
Esencia – el verdadero Ser, que permanece siempre en los Reinos Espirituales.
Alma – una parte de la Esencia que encarna.
Cuando una encarnación física está a punto de tener lugar, la Esencia o verdadero Ser planea, junto a un número de seres espirituales que actúan como asesores, la vida que vivirá. El propósito de esa vida se establece, y se elige cuidadosamente el entorno del nacimiento. Esta elección tiene en cuenta, no sólo la ubicación planetaria, sino también los miembros de la familia, los amigos y las personas que serán influyente en esa vida. Los cuerpos (físico, emocional y mental) también son elegidos según sea apropiado para esa encarnación. Así que usted es, por así decirlo “la mano que ocupa el guante”, y es esta “mano” la que recibe El conocimiento cuando usted es Iniciado en Luz y Sonido.
Además de un plan de vida, cada persona cuenta con la “negociación” de un número de “comodines”, que son responsables de lo que nos referimos como el libre albedrío. Estos hacen que nos desviemos de nuestro curso y pueden dar lugar a un resultado bueno o malo. Aquí es donde Karma entra en la ecuación y todo se vuelve muy complicado. Se nos dice que sólo se puede incurrir en el Karma al utilizar los “comodines”. No puede ajustarse con exactitud a su plan, ya que sólo está actuando según el guion proporcionado.
Durante toda su vida, una persona tratará de aprender un conjunto de lecciones; éstas pueden ser tanto académicas como, por supuesto, las lecciones de la vida. Nunca dejamos de tener oportunidades de aprendizaje. Si un problema particular sigue repitiéndose, es una clara indicación de que no nos estamos enfrentando a la situación correctamente, sino que sólo estamos echando tierra sobre el asunto. Si la lección está ahí, debemos aceptar el reto, después de todo, ¡fuimos nosotros mismos los que lo ideamos!
Cuando muramos, con suerte habremos aprendido la mayor parte de nuestras enseñanzas, de lo contrario tendremos que incorporarlas en futuras encarnaciones. Cuando la muerte física se produce, ascendemos a los Planos Espirituales, pero todavía conservamos nuestros cuerpos emocional y mental. En estos Reinos creamos nuestras propias experiencias “Celestiales”, pero finalmente llega un momento en que deben obviarse los cuerpos emocional y mental.
A continuación, entramos en un periodo de descanso y reflexión antes de reunirnos con nuestra Esencia, la cual a su vez sigue aprendiendo.
Como se mencionó anteriormente, esto es sólo un modelo aproximado, pero le dará una idea de los complejos mecanismos implicados en una encarnación humana.
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